martes, 16 de agosto de 2011

Desnutricion infantil

Hoy, ahora, millones de nuestros chicos están perdiendo su infancia, sus derechos, sus posibilidades de llegar a ser personas. En lo que tardamos en leer estas líneas, hay un chico que se está muriendo porque nadie le tendió una mano.
Esta realidad nos afecta directa o indirectamente, porque estamos juntos y dependemos unos de otros, y porque creemos que no se puede ser feliz rodeados de tanto dolor.
Pensar en el prójimo es verse a uno en el otro, y entonces, palabras como "ellos", "otros", "algunos", empiezan a transformarse en un NOSOTRO
Si miramos un poco nuestras propias estadísticas, si nos detenemos y reflexionamos sobre lo que nos están diciendo, o inclusive si las comparamos con otros países hermanos que viven realidades similares a la nuestra, encontraremos que los resultados son alarmantes.
Tal vez, y sólo como para poder tomar real conciencia de las enormes magnitudes que tiene la pobreza en Argentina, podríamos apoyarnos en algunos números.
Por favor no nos olvidemos que los datos son fríos y lejanos, pero que detrás de cada una de estas cifras hay un bebé, un chico, un anciano o una familia que está desesperada. Cada número es un semejante que sufre
Alrededor de 21.000.000 de Argentinos están viviendo en la pobreza.
De esas personas, más de 9 millones son chicos y adolescentes.
Según los datos del Indec, el 70,3 por ciento de los chicos del país es pobre
(agosto 2002).
Cada hora que pasa hay 900 nuevos pobres (fines del 2002).
El 27,5 % de los Argentinos son indigentes (enero 2003).
El 20% de los chicos sufre algún grado de desnutrición.
En la ciudad de Buenos Aires, 3 de cada 10 chicos son pobres y uno de esos tres sufre hambre (enero 2003 - Fuente: Grupo Sophia)
Cada día que transcurre, 52 chicos mueren por causas evitables.

Educación: un compromiso permanente.


En el año 1995, existían en Argentina cerca de 950.000 analfabetos (fuente: UNICEF: Estadísticas para América Latina y el Caribe).
En el año 2000, Argentina fue, en la lista de países latinoamericanos, el anteúltimo país en cuanto a la asignación de recursos para la educación, con un magro 6% (fuente: UNICEF: Estado Mundial de la Infancia).
Pensamos que una de las formas a partir de las cuales se puede contribuir a transformar la realidad que nos aqueja, es ayudando “realmente” al desarrollode la educación de nuestros niños. Sin educación no hay futuro, por eso queremos hacer de esto un compromiso permanente.

"Aunque mi padre y mi madre me dejaran,
con todo, Jehová me recogerá"
Salmos 27:10.

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