martes, 26 de julio de 2011

"El suicidio en Argentina"


En 2007, más de tres mil personas se quitaron la vida en nuestro país.
“El suicidio es una epidemia oculta”. Así, el titular de Red Solidaria, Juan Carr, alerta sobre la relevancia del tema en nuestro país. Según estadísticas oficiales, en el año 2007 ocurrieron en la Argentina 3.119 muertes por suicidio, lo que se traduce en una tasa de 8 suicidios cada 100 mil habitantes.
José Lumerman, médico psiquiatra y director del Instituto Austral de Salud Mental de Neuquén, manifiesta su preocupación y afirma que el suicidio “es una epidemia negada, un fenómeno patológico que afecta a un porcentaje de la población por encima de la media histórica”.
Carr expresa su profunda preocupación por la incidencia del suicidio en la población juvenil. "Un chico argentino se suicida cada tres horas", dice y explica que dos de cada tres muertes corresponden a chicos entre 15 y 24 años.

Según datos brindados por el Ministerio de Salud, la tasa de suicidios en el año 1999 fue de 6,6 sobre 100 mil habitantes y fue aumentando hacia 2001, hasta llegar a su pico máximo en el año 2003 con una tasa de 8,7 suicidios por cada 100 mil habitantes.
En el mundo, las cifras son todavía más escalofriantes. Según la Organización Mundial de la Salud, cada cuarenta segundos una persona se quita la vida en algún lugar del planeta. Esto significa que al año se producen 900 mil muertes por suicidio, lo que lo convierte en una de las tres primeras causas mundiales de muerte en personas de 15 a 44 años.

A pesar de la contundencia de los números, Antonio Di Nanno, médico psiquiatra a cargo de la Unidad Coordinadora, Ejecutora de Salud Mental y Comportamiento Saludable del Ministerio de Salud de la Nación, prefiere no referirse al suicidio como una epidemia, sino como una "realidad concreta". "Nosotros nunca ocultamos los números; lo tomamos como un problema, pero no como una epidemia”, explica.
¿Cómo evitar que alguien se quite la vida? Los especialistas consultados coincidieron en que la prevención es la única solución al problema y que los esfuerzos de la salud pública deben estar puestos allí. “En el 90% de los casos, si la situación de la persona es percibida por el entorno o por profesionales de la salud, la muerte es evitable”, dice Juan Carr. “Hay que destacar la importancia de los medios de comunicación para informar y concienciar a la sociedad”, agrega Lumerman.
"El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida". 
 Juan 5:24 

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