En la actualidad hablar y decir malas palabras es algo muy normal y de moda.
Ahora cada quien piensa y dice lo que le parece correcto. El significado de
respeto, moral y ética se ha ido cambiando según las épocas y ya casi nadie le
toma importancia a lo que La Biblia dice. La Biblia nos dice que pensar o decir
algo mundano o sucio es un
pecado ante los ojos de Dios.
El lenguaje es
algo muy importante pues es la mejor manera de
expresión que hay y con este describimos como somos y como es nuestra manera de
pensar y vivir.
El habla es la mejor vía de comunicación que los
seres humanos tenemos y debemos usarla correctamente. Pero antes debemos ver
que dice la Biblia sobre este tema:
Eviten toda
conversación obscena. Por el contario,que sus palabras contribuyan a la
necesaria edificación y sean de bendición de quienes las escuchan. (Efesios
4:29)
Nos dice que evitemos toda conversación por así
decirlo que no nos sirva para mejorar como personas y que por el contrario
pueda corromper nuestras mentes. Debemos tener cuidado de las palabras que
usamos y con quienes las usamos pues
todo lo que digamos dará a reflejar que tan cristianos somos o que tan bien de
moral andemos.
Miremos también
este verso:
No se dejen
engañar: Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
(1 Corintios 15:33)
En otras versiones dice “las malas compañías..(NVI)”.
Es mas que obvio que en este verso nos da a entender lo que dice el refrán: “Dime con quien andas y te diré quien eres”.
No podemos esperar hablar de una manera correcta si solo nos llevamos con
personas que dicen y piensan de manera informal e indecente. Por eso hay que
saber escoger bien las amistades o tratar de llevarlas a Cristo pues aunque nos
cueste admitirlo las malas
costumbres de los demás a veces se nos pegan.
También recordemos que “de la abundancia de el corazón habla la boca”.
Cristo en una de sus enseñanzas ante los fariseos les enseño que era mas sucio
lo que salía del corazón a través de la boca que de lo que podía entrar por
ella.
Algunos dirán
que la palabra no es la sucia sino el sentido que le demos, pero Jesús dijo:
Nada de lo que
viene de afuera puede contaminar a una persona. Mas bien,lo que sale de la
persona es la que la contamina.
Luego añadió: Lo
que sale de la persona es lo que lo contamina. Porque de adentro, del corazón
humano,salen los malos pensamientos,la inmoralidad sexual,los robos,los
homicidios,los adulterios,la avaricia,la maldad,el engaño,el libertinaje,la
envidia,la calumnia,la arrogancia y la necedad.
Todos estos
males vienen de adentro y contaminan a la persona. (Marcos
7:15,20-23)
Todos estos actos que menciono Jesús son pecado, si los pensamos y decimos también vienen siendo
pecado.
Ahora veamos que
dice Santiago sobre refrenar nuestras lenguas:
Con la lengua
bendecimos a nuestro Señor y Padre,y con ella maldecimos a las personas,creadas
a imagen de Dios.
De una misma
boca salen bendición y maldición. Hermanos míos esto no debe ser así. ¿Puede
acaso brotar de la misma fuente agua dulce y agua salada. (Santiago
3:9-11)
No podemos andar
diciendo obscenidades, pues como dice
este verso no puede ser que con la misma boca que alabamos y hablamos de
nuestro Señor andemos diciendo cosas sucias.
Conclusión:
Las malas
palabras son una mala costumbre que los seres humanos podemos adquirir
al llevarnos con malas personas o también depende del ambiente en que estemos o
que hayamos crecido.
Las palabras son
el reflejo de nuestros corazones por medio de el habla.
Tampoco debemos objetar que hasta la persona mas recta alguna vez se le pudo
haber salido alguna, mas sin embargo con la ayuda del Espíritu Santo todas
estas malas costumbres se nos quitan con el tiempo, ya que el poder de Dios se perfecciona en nuestras
debilidades.